Hay placeres simples que alegran cualquier día, y uno de ellos es una buena galleta casera. Estas galletas amanteigadas con chocolate blanco son suaves, aromáticas y tan delicadas que se deshacen al primer bocado. Con su textura ligera y ese toque dulce del baño de chocolate, son ideales para acompañar una taza de café, regalar o compartir en familia.
Esta receta tiene el encanto de lo tradicional: esa masa amanteigada que perfuma la cocina mientras se hornea, y el brillo cremoso del chocolate blanco que las hace irresistibles. Además, con la decoración de chispas coloridas, se transforman en pequeños bocados de alegría que encantan tanto a niños como adultos.
Hoy te invito a preparar conmigo estas galletas que combinan ternura, sabor y un toque de elegancia. No necesitas ser pastelero, solo tener ganas de endulzar el momento con una receta que siempre sale bien y deja huella en quien la prueba.
Ingredientes
- 200 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar glass (impalpable)
- 1 huevo grande
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 250 g de fécula de maíz (maicena)
- 100 g de harina de trigo
- 1 pizca de sal
- 200 g de chocolate blanco para cobertura
- Chispas o granillo de colores para decorar
Modo de preparación
1. Precalienta el horno a 180 °C y prepara una bandeja con papel manteca o tapete de silicona. Esto evitará que las galletas se peguen y permitirá una cocción pareja.
2. En un bol grande, bate la mantequilla con el azúcar glass hasta obtener una crema pálida y esponjosa. Este paso es esencial para lograr una textura aireada y suave en las galletas.
3. Agrega el huevo y la esencia de vainilla. Continúa batiendo hasta que se integren completamente. La mezcla debe quedar cremosa y brillante.
4. Añade la fécula de maíz, la harina y la pizca de sal poco a poco, mezclando con una espátula o con las manos hasta formar una masa suave y manejable. No amases en exceso, solo lo suficiente para integrar los ingredientes.
5. Coloca la masa dentro de una manga pastelera con boquilla rizada y forma las galletas sobre la bandeja, creando espirales o rosetas, tal como se ve en la imagen. Deja un pequeño espacio entre cada una, ya que se expanden ligeramente al hornear.
6. Lleva al horno por 12 a 15 minutos, o hasta que los bordes comiencen a dorarse levemente. No las hornees demasiado; deben conservar su color claro y textura suave.
7. Deja enfriar completamente antes de bañarlas en chocolate blanco. Derrite el chocolate a baño maría o en el microondas en intervalos de 20 segundos, revolviendo entre cada pausa hasta que esté fluido y brillante.
8. Sumerge la mitad de cada galleta en el chocolate blanco y colócalas sobre una bandeja. Antes de que el chocolate se endurezca, espolvorea las chispas de colores. Deja reposar a temperatura ambiente hasta que solidifiquen.
Dicas prácticas
Si deseas una textura aún más delicada, utiliza solo fécula de maíz en lugar de combinarla con harina de trigo. Para un sabor más aromático, añade una pizca de ralladura de limón o naranja a la masa. Y si no tienes manga pastelera, forma pequeñas bolitas y aplástalas suavemente con un tenedor, quedarán igual de deliciosas.
Guarda las galletas en un frasco hermético; se conservan frescas y crujientes por hasta una semana. Si vives en clima cálido, guárdalas en la nevera para que el chocolate no se derrita.
Versión saludable
Para una versión más ligera, sustituye la mantequilla por margarina vegetal sin grasas trans o por aceite de coco sólido. Cambia el azúcar glass por eritritol pulverizado o stevia apta para hornear, y usa chocolate blanco sin azúcar o cobertura de yogur. También puedes utilizar harina integral fina para aumentar el contenido de fibra.
El resultado es una galleta igual de sabrosa, con menos calorías y sin perder su textura crujiente y delicada.
Idea para vender
Estas galletas amanteigadas con chocolate blanco son ideales para la venta casera o artesanal. Empácalas en bolsitas transparentes con lazo decorativo o en cajitas pequeñas con una etiqueta personalizada. Un paquete de seis unidades puede venderse entre 3 y 4 dólares, dependiendo del tamaño y la presentación.
También puedes ofrecer versiones temáticas: con chispas rojas y verdes para Navidad, o rosadas y doradas para celebraciones. Su apariencia elegante y su sabor delicado las convierten en un producto irresistible para regalar.
Conclusión inspiradora
Estas galletas amanteigadas con chocolate blanco son la prueba de que la felicidad se puede hornear. Su aroma, su suavidad y su toque dulce nos recuerdan que la repostería no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma. Son perfectas para compartir, regalar o disfrutar a solas con una taza de café y una sonrisa.
Porque no hay nada más reconfortante que un bocado dulce hecho con amor y paciencia. Y cuando el chocolate y la mantequilla se encuentran, la magia simplemente sucede.





