Pocos postres tienen el poder de despertar memorias afectivas como el arroz con leche. En diversas culturas — desde España hasta América Latina — aparece como ese dulce reconfortante, simple y lleno de cariño. La cremosidad, el aroma de la canela y la vainilla, y la textura delicada del arroz hacen de esta receta un verdadero abrazo en forma de comida.
Ideal para días fríos, tardes nostálgicas o cuando aparece ese antojo de un dulce acogedor, el arroz con leche es fácil de hacer, lleva ingredientes accesibles y puede servirse caliente, tibio o frío. Cada familia tiene su versión, pero aquí vas a aprender una receta rica en sabor, bien equilibrada y con ese toque especial que marca la diferencia.
A continuación, encontrarás una versión tradicional, cremosa y aromática, perfecta para agradar tanto a grandes como a chicos. Y más: con consejos para adaptarla a tu gusto, convertirla en un postre festivo o incluso venderla.
Ingredientes
- 1 taza (té) de arroz blanco (preferentemente tipo largo fino)
- 1 rama de canela
- 1 trozo de cáscara de limón o naranja (sin la parte blanca)
- 1 litro de agua
- 1 litro de leche entera
- 1 lata de leche condensada (aprox. 395 g)
- 1 caja de crema de leche (200 ml) – opcional, para más cremosidad
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Canela en polvo para espolvorear (opcional)
- Azúcar al gusto (si deseas más dulce)
Modo de Preparación
1. Cocinar el arroz:
En una olla grande, coloca el arroz, el agua, la canela en rama y la cáscara de limón.
Cocina a fuego medio hasta que el arroz esté bien blando y casi toda el agua se haya evaporado. No tengas prisa — este proceso es fundamental para la textura final.
2. Incorporar la leche:
Con el arroz bien cocido, agrega la leche entera.
Baja el fuego y deja cocinar lentamente, revolviendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo de la olla.
3. Agregar la leche condensada y la vainilla:
Cuando la leche haya reducido un poco (tras unos 10–15 minutos), añade la leche condensada y la esencia de vainilla.
Sigue mezclando delicadamente. El dulce comenzará a espesar y el aroma invadirá tu cocina.
4. Extra cremosidad (opcional):
Si deseas un arroz con leche aún más cremoso y sofisticado, agrega la crema de leche al final de la cocción, cuando la mezcla esté espesa pero aún húmeda.
Mezcla bien, apaga el fuego y deja reposar unos minutos antes de servir.
Cómo Servir
Puedes servirlo:
- Caliente: justo después de prepararlo, con canela espolvoreada por encima.
- Tibio o frío: queda aún más firme y sabroso después de unas horas en la nevera.
- Con frutas secas o frescas: pasas, damascos o incluso trocitos de manzana caramelizada.
- Con dulce de leche por encima: para una versión argentina irresistible.
Consejos Extra
- Arroz: lo ideal es usar arroz blanco común, ya que suelta menos almidón que el arbóreo y garantiza una cremosidad equilibrada.
- Cáscara de limón o naranja: evita la parte blanca para que no amargue. Aporta frescura y equilibra el dulzor.
- Para hacerlo vegano: sustituye la leche por bebida vegetal (como leche de coco o avena), y la leche condensada por una versión vegetal o azúcar al gusto.
- Para vender: guarda en frascos de vidrio con tapa y decora con canela. Duración de hasta 4 días refrigerado.
Conclusión
El arroz con leche es la prueba de que con pocos ingredientes y mucho cariño se puede crear algo realmente especial. Ya sea como postre de domingo, mimo para alguien querido o recuerdo de la infancia, esta receta conquista por su simplicidad y sabor acogedor.
Pruébala, personalízala y compártela. Porque toda buena comida sabe mejor cuando se comparte.