Descubre las principales razones por las que tu pastel se hunde y cómo corregirlo antes de que vuelva a colapsar.
Sigues la receta al pie de la letra, el pastel sube en el horno, huele delicioso y se ve hermoso… pero basta que se enfríe un poco para que se hunda en el centro y pierda toda su esponjosidad.
Esta escena es común para quienes se han aventurado a hacer pasteles caseros, pero la buena noticia es que tiene solución. Pequeños errores en la preparación y en el horneado están detrás de este problema. Mira a continuación cuáles son las causas más frecuentes y qué hacer para evitar que el pastel se hunda después de horneado.
1. Choque térmico: el error más común
Cuando abres el horno de golpe o sacas el pastel y lo colocas en un ambiente muy frío, ocurre un choque térmico. La masa aún está delicada y pierde estructura rápidamente con la diferencia brusca de temperatura. Lo ideal es apagar el horno y dejar el pastel dentro por 5 minutos más. Luego, abre la puerta parcialmente y espera unos minutos antes de retirarlo. Coloca el pastel en un lugar sin corrientes de aire.
2. Abrir el horno antes de tiempo
Durante los primeros 20 a 30 minutos, el pastel aún está formando su estructura. Si abres el horno antes de eso, puede hundirse de inmediato. Lo ideal es abrir la puerta solo después de 30 minutos, y aun así con cuidado.
3. Sacar el pastel crudo del horno
A veces el pastel parece listo por fuera, pero está crudo por dentro. Esto puede ocurrir por una temperatura demasiado alta, un molde inadecuado o poco tiempo de horneado. Usa la prueba del palillo: debe salir seco del centro del pastel. Si sale húmedo, necesita más tiempo de cocción.
4. Levadura vencida o en exceso
Demasiada levadura hace que el pastel suba demasiado rápido y luego se hunda. Lo ideal es usar 1 cucharadita por cada taza (120 g) de harina. Y por supuesto: ¡revisa siempre la fecha de caducidad! La levadura vencida simplemente no funciona.
5. No conocer tu horno
Cada horno tiene su propia personalidad. Algunos calientan demasiado, otros muy poco. Si el tuyo no alcanza la temperatura indicada en la receta, el pastel puede quedar mal cocido. Lo ideal es usar un termómetro de horno y evitar sorpresas.
Consejos prácticos para acertar siempre
- Precalienta el horno a 180 ºC (o según la receta) durante al menos 20 minutos.
- Bate bien los huevos para incorporar aire y dar ligereza a la masa.
- No batas demasiado la harina: eso activa el gluten y puede dejar el pastel pesado.
- Usa moldes con agujero en el centro para facilitar una cocción uniforme.
- Prefiere hornear con calor solo en la parte inferior del horno, encendiendo la parte superior solo al final.
- Nunca abras la puerta del horno en los primeros 30 minutos.
- Una vez horneado, deja que el pastel se enfríe dentro del horno apagado y con la puerta entreabierta.
Conclusión: tu pastel merece brillar hasta el final
Hornear un buen pastel no es cuestión de suerte, sino de atención a los detalles. Cada paso, desde la temperatura del horno hasta el momento de abrir la puerta, influencia directamente el resultado. Con estos consejos simples pero valiosos, puedes evitar que tu pastel se hunda y garantir que se mantenga alto, esponjoso y delicioso del principio al fin.
La próxima vez que prepares uno, aplica estas recomendaciones y sorpréndete con el resultado. ¡Tu cocina lo va a agradecer y quienes prueben tu pastel también!